HISTORIA DE LAS PRIMERAS MUJERES DE LA TIERRA

Era el tiempo en que éramos uno con la Madre Tierra; estábamos conscientes de que de ella venimos y que a ella habríamos de regresar; ella es quién nos da alimento, quién nutre nuestros cuerpos y quien nutre nuestro ser con su amor.

En ese tiempo no había diferencias, todos éramos un solo ser con experiencias individuales, pero con un solo fin: Evolucionar.

La Madre Divina puso en nuestros úteros la semilla de la vida; el Padre Sol la encendió con el propósito de gestar en nuestros vientres a las nuevas generaciones conscientes de que el amor es la única vía para la transformación.

 También nos legó el don de sanar; guardó en nuestro ser; los secretos escondidos en el espíritu de las plantas; nos enseñó a escuchar las memorias ancestrales ocultas en las rocas y nos mostró como todo lo creado en la tierra está unido por un fino hilo que viene del centro del universo; nos enseñó a danzar y cuando nuestros pies se mueven con las armoniosas notas del cielo, vamos creando un bordado que simboliza la creación del cosmos; el pasado, el presente y el futuro se conjuntan en el no tiempo; tejemos las historias más magnificas y los dioses nos dan señales de cómo hemos de andar nuestro camino. Ese hilo se vuelve de plata cuando viene de la luna; con este hilo también estamos tejidas las mujeres y a su vez cada una tejemos en circulo los ciclos que nos unen a cada fase de la Madre Lunar; ella nos enseña el mapa espiral que nos mantiene en una constante renovación y nos hace conscientes de que los ciclos existen en todos y en todo, creando un perfecto orden que da balance y nos mantiene unidos a la consciencia suprema.

Hace mucho tiempo de ello, ya casi no se escuchan las notas de esa danza cósmica, pero dicen que en las noches de luna llena, si pones atención y abres tu corazón, podrás escucha cantar a las estrellas y a la Madre Luna y hay quien asegura que a ese canto le acompaña la danza de las primeras Mujeres de la Tierra.

Autora: Lili Moon.

Fundadora de Mujeres de la Tierra.